DEBERÁ RETIRAR RESTRICCIONES A LAS IMPORTACIONES
A
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sÍ lo confirmó el vocero
oficial de la OMC, tras conocerse que el gobierno de Cristina Kirchner perdió
un juicio que le iniciaron EE.UU, la Unión Europea y Japón. El organismo afirma
que nuestro país viola las reglas del derecho internacional. La Argentina deberá
retirar las medidas aduaneras que
"obstruyen" el intercambio comercial con otros países, tras perder un
juicio que le iniciaron los Estados Unidos, la Unión Europea y
Japón.
La
noticia fue confirmada este mediodía por el vocero de la Organización Mundial del
Comercio (OMC), después
de que funcionarios estadounidenses celebraran en su país los resultados del
juicio. El Gobierno de Cristina Kirchner había apelado en septiembre último el
fallo emitido en primera instancia por el órgano de solución de conflictos de
la OMC, que dictaminó que la Argentina viola las reglas del derecho
internacional al
imponer obstáculos a la importaciones de bienes europeos, estadounidenses y
japoneses.
El
organismo internacional había dictaminado el pasado 22 de agosto que las
restricciones aduaneras que el Gobierno viene usando son
"incompatibles" con
la normativa del organismo. Ante ese escenario, el Ejecutivo Nacional presentó
un recurso el 26 de septiembre ante el Organismo de Apelación de la OMC para que se revisara la sentencia,
pero ahora recibió un nuevo revés debido a que la decisión fue ratificada.
Este
nuevo fallo reabrió la posibilidad de que Estados Unidos, la Unión Europea y
Japón limiten las importaciones procedentes de la Argentina a modo de
represalia si el país no acata la decisión tras perder la disputa. La UE,
Estados Unidos y Japón presentaron reclamos en contra de la Argentina entre
mayo y agosto de 2012, por
lo que ellos consideraban un uso
abusivo de las licencias no automáticas para la importación (LNA), que ya le había generado al Gobierno
local varios dolores de cabeza con Brasil desde 2008.
Otros
países como Australia, Canadá, China, Ecuador, la India, Israel, Noruega y
Suiza se habían sumado a la serie de reclamos en condición de "terceros
afectados" por
las barreras aduaneras de la Argentina.
EL PAÍS, MÁS AISLADO DEL MUNDO
El fallo de la OMC viene a coronar una serie de sucesos desafortunados que no hacen más que confirmar aquella frase que Cristina Kirchner pronunciara un tiempo atrás: "El mundo se nos cayó encima".
"Más allá de lo técnico, este revés que
recibió el país ante el organismo impacta por su simbolismo, ya que coincide con
la situación que
atraviesa con los holdouts y
que llevaron a la Argentina a entrar
en un default fáctico", destacó Miguel Ponce, ex gerente de la
Cámara de Importadores (CIRA) y director del Centro de Estudios para el
Comercio Exterior del Siglo XXI. "Esto
demuestra las dificultades que
estamos teniendo para integrarnos
al mundo", recalcó.
Pero
eso no es todo. En los últimos meses, el endurecimiento del escenario
internacional para el Gobierno también incluyó la desaceleración de la economía de
Brasil -principal socio comercial, que está disminuyendo
el ritmo de compras de productos argentinos- y el desplome del precio de la soja,
principal componente de los ingresos por retenciones.
Con la lupa en los dólares. Las denuncias se centraron
en las Licencias No
Automáticas, el polémico sistema de control de las
importaciones que supo administrar, con total arbitrariedad, el ex
secretario Guillermo
Moreno.
Sin
embargo, como las mismas fueron suprimidas y reemplazadas por
otros mecanismos restrictivos, en su evaluación, la OMC decidió centrarse en
toda la maquinaria
proteccionista que aplicó y todavía aplica el Gobierno K y
que violan las normas
de comercio internacional.
En
su investigación, el organismo consideró ilegales:
- Las desaparecidas licencias, así como también la forma enque se aplican actualmente las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI).
- Los planes "1 a 1", es decir, la obligación que tienen empresas de un amplio abanico de sectores de exportar por un valor similar al que pretenden importar.
- La exigencia de incrementar el contenido nacional bajo la pena de limitar el ingreso de insumos del exterior, como sucedió con la industria de motos, entre otros sectores.
- La investigación también analizó la prohibición de girar utilidades, medida que también es contraria a las normas de comercio internacional.
- Cabe destacar que todo este conjunto de herramientas proteccionistas se volvieron vitales para la administración kirchnerista, dado que el superávit comercial -es decir, el resultado entre exportaciones e importaciones- se convirtió en la última fuente genuina de dólares.
De
este modo, acatar el
fallo y liberar
las importaciones es una opción que ningún experto considera viable. El
problema es que, como contrapartida, no negociar implicará un perjuicio para miles de empresas
argentinascon negocios en el exterior que verán limitada el
ingreso de sus productos a esas naciones.
"Si el Gobierno se sienta a dialogar
para evitar que se cierren mercados y se apliquen represalias, entonces deberá darle previsibilidad a
los países
demandantes, garantizándoles el ingreso de su mercadería en
plazos más cortos o por montos mayores", sostuvo Mauricio Claverí, economista de
Abeceb. "El problema es que el Banco Central está muy complicado por
la falta de dólares. No hay margen para
permitirse una flexibilización de
las importaciones",
acotó el experto.
En
una suerte de "cláusula
RUFO" versión comercial, Claverí agregó además que "si se le diera una mayor preferencia a
Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, entonces esto puede gatillar el reclamo de otros países que
no entraron en esa demanda y que también se vienen viendo perjudicados por la
Argentina, como es el caso de Brasil".
En
tanto, Elizondo consideró que "el
país hace tiempo que viene registrando caídas en sus exportaciones. No veo cómo en
un momento así podría liberar importaciones para evitar represalias". Además
coincidió en las bajas probabilidades que hay de que el país se siente a
negociar: "Si la Argentina reaccionó
como lo hizo ante el tema de los holdouts, es difícil imaginarse que
acate acate algo que
viene dictado desde afuera. Más cuando Estados Unidos y
la Unión Europea son
quienes están detrás
de esta demanda".
Así las cosas, Ponce se mostró preocupado de que, en los
próximos meses, no se flexibilice el "cerrojo" importador.
EXPORTADORES, LOS MÁS PERJUDICADOS
En este dilema entre liberar importaciones o que las empresas exportadoras paguen los costos de las medidas proteccionistas, el Gobierno cuenta con algo de tiempo para patear el problema hacia adelante. Si las negociaciones entre las partes no llegan a buen puerto, o la Argentina no propone ninguna medida que satisfaga las expectativas de los países que iniciaron la demanda, entonces la OMC finalmente podría habilitar la aplicación de represalias en contra de los productos argentinos que, como se dijo, afectará negocios y le hará resignar al país ingresos de divisas por hasta u$s5.000 millones.
Según
Elizondo, el grueso de las exportaciones a Japón y a países de
la Unión Europea son
manufacturas de origen agropecuario, es decir, alimentos con mayor
o menor nivel de valor agregado. En tanto que el principal rubro enviado a los
Estados Unidos corresponde a los productos
químicos, "por lo que, en este caso, podrían verse afectadas empresas industriales",
acotó el experto.
Lo
que más inquieta a los exportadores es la forma en que la Argentina enfrente este conflicto.
El
tiempo empezó a correr. El Gobierno deberá elegir si sacrifica divisas para
autorizar el ingreso de productos importados (y así evitar represalias) o si se
arriesga a que las naciones
más poderosas castiguen al "Made in Argentina",
lo que se traducirá en una menor
entrada de billetes
verdes.
Un
verdadero "laberinto
K" ya que ambos caminos conducen al Ejecutivo a resignar
algo que escasea: dólares.
FUENTE:http://www.iprofesional.com/
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