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sábado, 15 de noviembre de 2014

“Tenemos que Vender Argentina en el Mundo”

CARLOS PALLOTTI (60) DIRIGE ARGENCON, LA CÁMARA LOCAL QUE NUCLEA A LAS EMPRESAS EXPORTADORAS DE SERVICIOS. EL SECTOR MUEVE US$ 6.300 MILLONES ANUALES Y BUSCA POSICIONARSE COMO UN GRAN GENERADOR DE VALOR AGREGADO.
por Lorena Guarino

Luego de haber pasado más de 20 años en la industria del software y tras haber sido presidente de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (CESSI), Carlos Pallotti dejó su sector tradicional para dedicarse de lleno a Argencon.
Desde hace más de un año, una treintena de empresas prestadoras de servicios, que exportan este tipo de capital, se agruparon para consolidar esta industria. Como gerente general, Pallotti no solo busca mantener una cohesión empresarial, sino que también sueña con conformar una especie de “UIA de los servicios”.
La entidad está conformada por compañías nacionales y multinacionales como Accenture, IBM, Globant, Siemens y Zurich, entre otras.
“Argencon es una mezcla variopinta de empresas. Están aquellas ligadas al mercado del software, a infraestructura informática, contabilidad y analistas del mercado, entre otras”, detalla. “Hay algunos sectores que tienen más demanda que otros, pero en promedio este tipo de exportaciones se incrementó, entre el año 2000 y 2012, 15 veces en volumen”.
Este sector tiene actualmente unos 120.000 empleados y en 2013 facturó más de US$ 6.300 millones anuales. Su potencial de crecimiento se relaciona con la generación de valor agregado, una cualidad muy apreciada en los mercados externos.

¿Cómo se dio la transformación de este tipo de servicios?
La Argentina siempre exportó servicios. Hace 15 años, aquellos que tenían potencial eran los baratos y de menor valor agregado, como los call centers y los operadores de empresas de medios. Con el correr de los años, ha ido tomando mayor valor el tipo de servicios que se ofrece. Las empresas que antes vendían mano de obra, dejaron de hacerlo para empezar a vender proyectos a medida, los cuales tienen valor en sí mismo, independientemente de las personas.

¿Hay profesionales adecuados para esa demanda?
Talentos tenemos, pero quizás no hay exactamente lo que uno está buscando. Las empresas nos encontramos con la necesidad de tomar a gente para formar. Todo el ecosistema, desde las empresas hasta las entidades educativas, debe invertir para la creación de profesionales. Uno de nuestros ejes es la creación de talento, ver cómo hacemos para meter a más chicos en las carreras que nos interesan, cómo logramos un mayor índice de terminalidad y cómo hacemos para que las carreras brinden las herramientas necesarias para el mundo laboral.

¿Cómo colaboran como entidad?
Dentro de 5 ó 10 años vamos a incorporar a unas 150.000 personas a esta industria a través de nuestras prácticas. Por ejemplo, acabamos de lanzar el proyecto Abriendo Ventanas, con el cual 200 voluntarios de empresas se interrelacionan con 200 chicos de escuelas secundarias para motivarlos a ingresar a las carreras que se requieren en el mercado. Esto es solo uno de tantos proyectos. Las empresas demandan muchos perfiles, en general todo lo que tiene que ver con la ingeniería y las ciencias duras.

¿Con qué fondos se generan estas propuestas?
Con los de Argencon. Se trata de un esfuerzo colectivo que habla de cierta madurez del sector empresario. En esta actividad cada uno creció por si solo, pero ahora comenzamos a hacer planes conjuntos, para proyectar esta industria en el mediano plazo. Tenemos que vender Argentina en el mundo, independientemente de si lo hace una empresa nacional o multinacional. De las 100 empresas top que figuran en Forbes, 30 están productivamente en el país. Eso tiene que ver con la importancia del mercado local.

¿Con la coyuntura actual, se dificulta posicionar a la Argentina?
El gran ganador de esta actividad es la India, un país que tiene la democracia más grande del mundo, pero totalmente imperfecta y corrupta, además de tener problemas estructurales feroces. Sin embargo, son los mayores exportadores de servicios. No importa de dónde venga el viento, sino cómo se lo maneja. La Argentina tiene condiciones claves. Tenemos 10 millones de estudiantes, eso nos da una gran oportunidad de conocimiento exportable. El sistema educativo prepara más intelectualidad que la que el país demanda, entonces queda un plus exportable.

¿Cómo nace esta demanda global?
El boom del outsourcing estuvo muy relacionado con la caída de las Torres Gemelas y las restricciones migratorias que se impusieron en muchos países. Así, hace más de una década se generó la búsqueda de centros de servicios en lugares donde los precios fueran menores a los locales. Esto hizo que esas exportaciones crecieran de una manera exponencial a nivel mundial. India, Filipinas y Malasia comenzaron antes que la Argentina, y no fue hasta 2002 que los mercados externos comenzaron a mirar hacia estas tierras. Con el correr del tiempo comenzamos a ser más competitivos y hoy nos posicionamos como uno de los centros de mayor valor agregado.

¿Cuáles son las proyecciones para este año?
No estamos fuera del ecosistema global, ni de la coyuntura local. Entre 2012 y 2013 la demanda se aplanó, y cayó levemente la cantidad de personal. Pero este año va a volver a crecer en empleados en al menos un 5%, es decir que llegaríamos a las 126.000 personas en nuestro sector.

¿Qué servicios son los más demandados?
Con el tiempo el sector fue ganando sofisticación y la demanda se modificó. En el mundo, lo primero que se remplazó fueron las tareas de menor valor agregado, y pasó a valorarse aquellas que implicaban un desarrollo específico. Son muy demandados todos los servicios de consultoría en ingeniería y sistemas, y los de análisis de datos. En el país tenemos value shore, por lo que si bien podemos pelear un servicio barato, existen segmentos de alto conocimiento en el que somos caros.

¿Cuál es la misión de Argencon?
Para afuera, que nos conozcan como país. Internamente, poder generar el talento que las empresas necesitan y que va a contribuir con la economía. Y por último, crear un concepto de que este sector existe como industria.

¿Existe un interés de parte del Gobierno por incentivar este sector?
Hace algunos años, el Gobierno se apalancó en la industria del software y apoyó su fortaleza económica. Pero ese es solo un segmento dentro de todo esto. Si bien se generan políticas desde el Estado, generalmente están orientadas a productores individuales, no a las grandes empresas.

¿Cómo es el diálogo con el Gobierno?
Estamos en un momento especial, donde está terminando un mandato y hay nuevos actores que se están posicionando. No se puede proponer grandes planes. En muchos países no es el Gobierno sino una entidad la que lleva el masterplan, ya que sale de la coyuntura y del rédito político. Así se puede realizar un trabajo pensando en el mediano plazo y no en las vicisitudes del momento. De todas maneras, sería ideal que el desarrollo de esta industria se generara como una actividad mixta.
Mientras nuevas empresas se incorporan a esta industria, se prevé que en los próximos 10 años la misma empleará a 150.000 personas más, lo que implicaría ingresos por US$ 17.000 millones anuales.

FUENTE: FORBES ARGENTINA

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